lunes, 11 de abril de 2011

Compré un Xoom y no, no estoy loco

Compré un Xoom y no, no estoy loco





Bueno, queridos lectores, contrario a sus consejos, a los de mi editor e incluso a mis propias reglas cuando se trata de adquirir un producto de gama alta, compré un Xoom.
Sí, hablo del tablet que ha sido calificado como mediocre en prácticamente todos los medios que no llevan la palabra ‘android’ en su dominio y que hoy fue declarado (injusta y apresuradamente) un fracaso comercial absoluto. Para algunos, una persona tiene que estar demente si prefiere este aparato frente a un iPad 2, y quizás tienen razón, pero los invito a que me den la oportunidad de explicar la lógica detrás de mi locura.
Todo comenzó hace 6 meses, cuando llegó a ENTER.CO el iPad original. Siendo poco fanático de los productos de Steve Jobs (aunque aclaro que admiro al hombre, su empresa y lo que ha hecho por la industria en cuanto a innovación), tenía mis dudas sobre el aparato y su funcionalidad, pues me preocupaba su falta de puertos, el alto control que ejerce Apple sobre su software y, sobre todo, la ausencia de una función multitarea en iOS. Todo eso dejó de importar después de pasar unos minutos con el tablet y darme cuenta de que en realidad sí era un dispositivo mágico.
Después de probar el iPad, sabía que dada mi incurable adicción por la tecnología necesitaba un tablet. Sin embargo, en lugar de salir en ese instante a comprar un producto Apple (algo que hasta el día de hoy jamás he hecho, aunque sí he manipulado muchos Mac y iPods en mi vida), decidí esperar a ver cuál iba a ser la respuesta de Google frente al nuevo invento de Jobs y su equipo. Después de todo, el gigante de los buscadores ya había demostrado su talento para los aparatos móviles con el arrollador éxito de Android. Además, el iPad me había dejado tan bien impresionado que estaba pensando en convertir al iPad 2 en mi primer producto Apple.

Una ilusión destrozada.

Con la llegada de 2011 vino también la respuesta a mis dudas. En el CES 2011, en medio de decenas de ‘iPad killers’ que no lo eran, fue revelado el primer tablet con Android 3.0 o Honeycomb, el Xoom. El software de Google y el hardware de Motorola parecían una combinación perfecta: un sistema operativo creado desde ceros para una experiencia tablet, que además de bello era mucho más funcional que iOS y que era complementado por una ranura para tarjeta microSD junto con puertos USB y HDMI. Se me escurrían las babas cada vez que veía un video del Xoom en ese entonces.
Sin embargo, cuando finalmente se supieron los primeros detalles del aparato, mis sueños se convirtieron en pesadillas. La primera versión del Xoom solo estaría disponible para Verizon, algo que de inmediato impedía su importación a Colombia. Además, costaba 800 dólares (casi 1’500.000 pesos), lo cual lo ubicaba por encima de todos los modelos de iPad, excepto uno. Para rematar su pésimo debut, el aparato se lanzó sin poder usar la ranura para microSD, sin funcionalidad Flash (uno de los grandes atractivos de Android) y Honeycomb era, en una palabra, mediocre (o, al menos, muy inmaduro aún).
En ese momento comencé a considerar seriamente el iPad 2. Es más, incluso elaboré un listado de las cosas que me gustaría ver en el iPad 2 y que podrían ser el último empujoncito que me llevaría a comprar un tablet de Apple. Lo extraño fue que, cuando vi el nuevo aparato de la manzana, quedé descontento a pesar de que muchas de mis peticiones sí se cumplieron. ¿Por qué? Irónicamente, fue el Xoom, un aparato que me había dejado decepcionado, el responsable.

A mí no me seduce la manzana.

Después de ver Honeycomb, me quedó claro que quería un sistema operativo así para mi tablet, no un listado de íconos simple y notificaciones medievales como lo que ofrece iOS. Quiero también poder ‘meterle la mano’ a mi aparato todo lo que se me dé la gana, especialmente porque en ENTER.CO tenemos unos ingenieros muy talentosos que pueden hacer maravillas con una plataforma abierta (entre otras cosas, ayudar a que mi Xoom pueda leer cualquier dispositivo USB). Me gusta la premisa de que el máximo potencial de mi aparato lo determino yo y no el fabricante (una de las razones por las que siempre he mantenido mi distancia de Apple).
Por otro lado, me rompió el alma ver que Apple no había incluido con el iPad 2 un puerto HDMI. Sí, se puede comprar por aparte, pero entonces hay que sumarle ese precio extra al producto y, para ser honesto, el HDMI es algo que exijo en un tablet por varios motivos personales. Sin embargo, lo que me llevó a comprar un Xoom no fue lo que Apple dejó de hacer, sino lo que Motorola y Google hicieron bien con la segunda versión del tablet.

El tablet con solo Wi-Fi que estaba esperando.

Hace apenas 2 semanas salió al mercado la versión solo Wi-Fi del Xoom, y con ella vino también un precio mucho más razonable. El costo de 600 dólares está a la par del iPad 2 y, además de venir con HDMI, el Xoom incluye un sistema de GPS asistido, cosa que ningún otro tablet con solo Wi-Fi hace. Este último detalle me pareció particularmente útil y atractivo considerando mis necesidades personales.
Junto con la función ‘offline’ de Google Maps, el Xoom sirve de GPS sin requerir una conexión 3G. Esto quiere decir que es posible (en teoría, pronto lo veré en la práctica) usar el Xoom para planear una ruta antes de salir de la casa y que el tablet se encargue de dar las direcciones para llegar al destino elegido. Además, estoy estudiando astronomía en mi tiempo libre y un tablet con GPS me permite usar aplicaciones como Google Sky Maps para orientarme en el firmamento. Nada de esto sería posible en otro tablet sin pagar por una versión 3G (algo que solo tiene sentido si uno va a usar el 3G, cosa que yo no haría porque no puedo ni quiero pagar por otro plan de datos).

Al final, la razón fue Google.

Sin embargo, quizás la razón que más me impulsó a ‘bajarme del bus’ al son de 600 dólares fue que el Xoom cuenta con el respaldo de Google. Para mí, como para muchos, todo el hardware del mundo no es más que un adorno si no tiene un software que lo aproveche. En este momento el Xoom está lejos del iPad en este campo, pues Honeycomb tiene apenas un puñado de aplicaciones nativas en contraste con las 65.000 que ofrece iOS. Pero antes de dejarse cegar por los números, vale la pena reflexionar cuáles son las aplicaciones que cada cual necesita.
Yo quiero un tablet para que sea mi compañero fiel, que sirva para divertirme y hacerme la vida más fácil, pero sobre todo lo quiero por lo que me representa en productividad. Siendo un usuario muy intensivo de los productos de Google, el Xoom es mi destino natural y fue la razón por la que me interesé en este tablet para comenzar. Con el Xoom no solo aseguro que podré usar todos los productos Google, además garantizo que estaré al día con la última tecnología de Mountain View, algo que cada vez es más importante para mí.
De todos los tablets con Honeycomb, quizás el único que con toda seguridad tendrá la versión de fábrica de del sistema operativo es el Xoom. Este es el tablet que usan Andy Rubin y el resto del equipo de Android para desarrollar y probar su software, por lo cual es el que menos sufrirá los traumas de la fragmentación de la plataforma. Cuando actualicen Honeycomb para mejorar la experiencia, algo que ya ha comenzado, el Xoom será el primero en la fila mientras otros tablets, como los de Samsung y HTC, tendrán que lograr que la actualización funcione con sus modificaciones al código original.
El otro factor determinante fue que Honeycomb, y Android en general, están comenzando a recibir versiones más avanzadas de las aplicaciones de Google que las que se encuentran en la competencia. Por ejemplo, iOS no tiene aplicación de Gmail, tan solo usa la versión web del servicio, pero Honyecomb incorpora Gmail en las entrañas del sistema operativo. Google Maps no tiene modalidad ‘offline’ para iOS y el sistema operativo de Apple tampoco puede aprovechar de mapas tridimensionales. Mi presentimiento es que, a medida que se calienta la guerra de tablets, Google va a traer más y más funciones exclusivas a sus aparatos mientras ignora a la competencia. Esto puede parecer obvio, pero hasta hace poco tiempo el iPhone y el iPad contaban con algunas ventajas sobre Android en cuanto a aplicaciones de Google.
Es evidente que las razones que me llevaron a comprar un Xoom son muy personales, pero al final del día eso es lo que uno más debe considerar antes de comprar un producto. Esposible que salga ‘quemado’ por esta compra, pero también creo que es probable que el Xoom exceda mis expectativas, ya que no son tan altas. Espero, como mínimo, que el Xoom funcione como lo he planteado en este escrito, pero nada más.
Siempre he sido, para bien o para mal, un hombre de poca fe que se basa en lo lógico y concreto para tomar sus decisiones, no en esperanzas y especulaciones. Hoy empezaré a saber si me fe será bien recompensada.

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